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Mesa redonda Trechel 40

MESA REDONDA EN EL 40º ANIVERSARIO DE TRECHEL

Viernes 25 de Noviembre, como cualquier viernes por la tarde, en el número 16 de la calle Teresa Gil de Valladolid, se reúnen más de cien chicas de entre ocho y dieciocho años. Unas tienen clases de pintura, otras, entrenamiento de baloncesto o de balonmano, las aficionadas a la cocina disfrutan de su propia versión de master chef, y un grupo importante asiste a la actividad estrella del Trechel: la Escuela de Teatro. Allí aprenden baile escénico, baile moderno, expresión corporal y teatro musical. En estos días, todas esas facetas se unen en intensos ensayos para intentar triunfar en el concurso de Comedias Musicales de León el próximo 5 de febrero.

Algunas de ellas saben que, a trescientos metros de distancia, en el hotel Gareus, se encuentran reunidas un grupo de antiguas asociadas de Trechel, inaugurando las celebraciones del 40º aniversario de la Asociación, con una mesa redonda moderada por Ignacio Fernández Sobrino, director de Antena 3 y Onda Cero Castilla y León, y en la que intervienen Adelaida Sagarra Gamazo, Ana María Vega Gutiérrez, María Pardo Álvarez, y Pía García Simón. Estas cuatro ponentes, profesionales avezadas en distintos campos, tienen en común pocas cosas, pero importantes: ser vallisoletanas, haber formado parte de Trechel y sentir hoy la emoción de quien recuerda los detalles vívidos de cómo una serie de viernes bien organizados influyeron profundamente en su vida.

María Dolores Cuadrado, una de las madres de familia que puso en marcha Trechel en 1976, da las palabras de bienvenido a los asistentes a esta mesa redonda: ‘Las obras quedan, las gentes se van’-decía la canción-. Trechel es la obra que permanece. Y, de la gente que se ha ido, su espíritu permanece con nosotros. Hace cuarenta años, un grupo de padres comenzamos esta apasionante aventura pensando en la educación de nuestros hijos. Ahora vemos con satisfacción cómo multitud de mujeres del siglo XXI han pasado por Trechel y hoy “son profesionales que están haciendo realidad ese espíritu de respeto a la libertad y de solidaridad que pretendíamos inculcarles".

"La palabra cuarentón tiene habitualmente una connotación peyorativa -comenzó diciendo el moderador, Fernández Sobrino-. Sin embargo, esta tarde significa una buena noticia: que es posible que un grupo de padres se coaliguen para sacar adelante el proyecto más importante, la educación de sus hijos, y que a los cuarenta años esa institución goce de muy buena salud".

Ana María Vega, directora de la cátedra Unesco "Ciudadanía democrática y libertad cultural", es catedrática de Derecho Eclesiástico del Estado en la Universidad de La Rioja y ha participado como experta en numerosos proyectos internacionales relacionados con la prevención de la violencia y la discriminación por razones religiosas. "Haciendo balance de mi paso por Trechel, destacaría cuatro facetas importantes que han influido en mi vida personal y profesional: lo primero, la generosidad con el tiempo, saber dedicárselo a los demás; la laboriosidad -aquellas tardes de estudio intenso, eso sí, soñando con el maravilloso descanso de la merienda-; la alegría contagiosa; y, sobre todo, la autenticidad y la coherencia: todo era verdadero, no se podía fingir. Eso me ha servido infinitamente en mi vida, me ha abierto muchas puertas precisamente en los momentos de negociaciones complicadas, donde más difícil parecía entenderse por la diversidad, e incluso antagonismo, de las convicciones de cada uno de los grupos que negociábamos".

"Nunca se me olvidarán las fiestas de comienzo de curso en Trechel" -afirma Pía García Simón, periodista especializada en comunicación publicitaria y marketing, que ha ejercido en entornos tan diferentes como Australia, Kenia y España-. "Eran la perfecta excusa para hacernos experimentar a las novatas que en el Club se pasaba muy bien. Quizás por eso lo que más me atrajo fue la Escuela de Teatro que Maribel García empezó a impartir de forma profesional. Tantas obras representadas -me vienen a la memoria el Retablo de las Maravillas, El Mercader de Venecia y otras muchas- y tantos ensayos realmente profesionales fueron inculcándome la creatividad, esa actitud tan importante en mi profesión y en mi vida. Y, junto con la creatividad, el aprender a convivir con todos; pocos lugares como Trechel para experimentar simultáneamente el crecimiento de la propia identidad y el profundo respeto a los demás".

María Pardo es una jurista de amplia formación y experiencia, actual asesora de la Secretaría General del Gobierno de la Comunidad de Madrid. "Cuando pienso en lo que ha significado mi paso por Trechel, la conclusión es una inmensa gratitud hacia aquellas madres que pusieron en marcha el club y que seguro que más de una vez, mientras buscaban un local adecuado para Trechel, o se las ingeniaban para pagar las facturas de cada mes, complicándose la vida, pasarían dudas y tribulaciones, y se preguntarían: esto ¿para qué? Y la respuesta la encuentro -yo, que no soy del Opus Dei- cuando llevo a mis hijos a un club como Trechel. En cuanto entras, te das cuenta de que es más que una ludoteca: allí les enseñan, valiéndose de todas las actividades, a cultivar una serie de valores cruciales para toda su vida; hay una preocupación por las personas, su bienestar y sus problemas; se transmite cultura y un gran afán de superación, de hacer las cosas realmente bien. Y, sobre todo, es un lugar alegre, verdaderamente alegre. Gracias".

Puso el broche de oro la intervención de Adelaida Sagarra, profesora titular de Historia de América e investigadora en la Universidad de Burgos. "Debo confesar que ya he cumplido los 52 años, por lo que, según una antigua cultura mexicana, tengo el estatus de anciana y puedo enseñar a los demás. Pero solo puedo enseñar lo que he aprendido. Con el Capitán Trueno aprendí que la vida estaba para aventurarla, pero la mayor aventura me ocurrió en la calle Teresa Gil, entre el número 22 (mi casa) y el 16 (Trechel); allí descubrí dónde iba a estar mi vida distinguida, porque alguien que es único -eso aprendíamos en Trechel, que todos somos únicos- no puede ser vulgar. Puedo decir que Trechel es una auténtica fábrica de milagros, porque me ayudó a comprender cuál era mi lugar en la historia de la humanidad y me enseñó a tunear mi vida cristiana; esa vida que un día te lleva a las cataratas del Iguazú y otro día solo hasta el grifo de la cocina, pero siempre sabiendo que lo importante es el agua".

Antes de terminar, Maribel García, Presidente de la Junta Directiva de Trechel, agradeció la presencia de los asistentes y el apoyo de tantas personas que han pasado por el club, de modo especial, ese grupo de padres pineros de los años 70 que apostaron por esta iniciativa con gente joven. Su proyectó un vídeo que recoge imágenes de las asociadas de Trechel del siglo XXI, y a continuación se dio paso al vino español.